Cada
generación, que comparte la herencia y el espacio de la Tierra,
tiene
el deber, como administrador de las generaciones futuras,
de
evitar daños irreparables o irreversibles a la vida de la Tierra y a
la libertad
y
dignidad humanas.
Jacques
Cousteau
Rayos
de electrones
Él
tenía sus sospechas. Su recopilación de teorías le permitieron
coleccionar incontables riquezas que sin embargo no pudieron salvar a
nadie del gran fraude que se avecinaba al mundo: La “Conspiración
Naturista”. Especialistas en conspiración aseguraban que las
industrias que sostienen el monopolio podrían verse amenazadas por
productos naturistas cuyas desconocidas propiedades dietéticas
amenazaban los intereses elitistas que mantenían la economía
mundial. Propiedades naturales que conspiraban con una guerra
económica, violaban el derecho soberano al abuso del azúcar y la
grasa como lo mantenía con fría normalidad La Tradición.
I
parte de las trizas de Humboldt:
Soy
Humboldt. Yo fui el único. El primero que por estos lados llegó a
tener un radio A.M-F.M original en casa. No recuerdo si venían de
Taiwán o de China, sugerían subliminalmente que se podría
sobrevivir no solo de gatos sino también de bachacos, las cabezas de
bachacos son fuentes de proteínas consumidas por generaciones por
los Yanomami. Natural. ¿Qué por qué se me ocurre hablar de eso? Ya
lo sabrán… Los aldeanos venían curiosos a escuchar los clásicos
por Radio Rumbo y a tomar guarapo. Que nota-Me decían. Y eso que en
aquella época nadie fumaba yerbas medicinales. Me lo compré con
mucho sacrificio, emprendedor, el único que vendió chorizos caseros
y aprendí hacerlos por mi propia cuenta y les llevé a los dueños
de las bodegas, a los vecinos por encargo, y unos cuantos al dueño
de un auto mercado. Eso fue en la época en que fui a la capital y
dormía en el kiosco donde vendía periódicos y chucherías.
Y
no había pasado ni una hora cuando se los habían arrancado los
consumidores de las manos. Ni un solo chorizo. Luego compré más,
una maquina despulpadora, monté mi propia pulpería llamada El Siglo
Primero aquí en Cumaná. Se progresaba con rapidez desde que
construyeron el primer edificio a fuerza de puñales, reunieron
reliquias, hicieron un puente, les brillaban los dientes como las
perlas de Cubagua. Así ganaban confianza los extranjeros. A latigazo
limpio contra las espaldas sudadas de los obreros. Montaron el primer
gimnasio y los nativos no pagaban por los ejercicios. Solo limpiaban
la tierra de los tesoros inútiles.
Y
les brillaban los dientes como perlas a los extranjeros cuando
trajeron hachas, venían de Lomas Altas (traducido significa nubes
que cubren toda tristeza y amargura) iluminando con leños
encendidos… ¡Cierto! podrían sembrar sobre la
tierra y el mar… Lo llaman prostituirse y el asunto generó una
alarma parecida como lo de “Los satélites” pero con el tiempo
comprobaron que eran ciertos aquellos mitos como una novela mía
donde se presenta una idea, de cabeza… De cómo estaba el mundo
siguiendo la línea de escritores que reinventaron un género de
cuentos no tan célebres como “Yo no le di tanta importancia como
ellos”, “Todo es mentira. Yo no digo la verdad”, “Aprendiendo
a jugar a ser un buen ciudadano”, “El objetivo es ganar”, “El
asunto ese sin caso”, “Leyes indispensables para emprender un
gran negocio”, “Ruyendo el queso del enemigo corporativo”, “A
la mierda con J. J. Benítez y Paulo Coello” y esas… las tiras
cómicas de bolsillo alemanas (Infaltables) disponibles en la Red de
Centros Comerciales “Hungry Cruggers” y “El hambre es otro
fraude de La Elite”
Y
todavía hay más. Cuantas extrañas coincidencias. ¿Verdad
doctor? He recurrido fatigosamente a vastas bibliotecas y confirmo.
Podrían… podrían maquinar una estafa mundial, acaparar mercados.
Sospecho que podrían estar aliados con tertulianos… por internet
lo vi todo… cuando supe que los videos fueron censurados…
descubrí que no eran tan falsos los retratos confidenciales….
Retratos que muestran supuestas siembras hidropónicas de ocumo en la
luna. Sobre eso… y mucho más… Si… Ya sé que imagina doctor…
Everything is lie... Bullshit, Mentira... ¿Mentira?.... Ahora soy un
hacker de identidad anónima. Oculto en algún lugar, viajando de
incognito, perseguido por Servicios de Inteligencia del Ocumo y por
el personal del Hospital. Ahora que chateo con usted a distancia lo
confieso todo. Supe luego que sería cierto, nadie la encontró jamás
porque borraron de YouTube “La conversación de Los
hermanos Hash”
Aire
acondicionado, café al escritorio, un buen sueldo, papeles a la
derecha, el billete a la izquierda. El agente Manolo Alibabia
aspiraba la ascensión, aquella cima en la oficina. Capitán de La
Policía Estadal. Era su aspiración sobre todas las cosas y
perseguía el caso de su vida con los mil y un fraudes como al genio
de la lámpara. La fórmula para salir de la ruina un día llegó a
sus oídos, indirectamente, escuchando la conversación de terceros
en la confusas y ruidosas carreteras de la Avenida Arismendi,
conversaciones polémicas que lo intrigaron, y quería hacerse rico
rápido con todo eso. Siguiendo su rastro hallaría el oro y todo
sucedería de lo más natural, como aquellas telas diminutas que se
mueven en el centro de la Cumaná. Sugerían algo. Las chicas que
tomaban sorbos de latas de refresco dietético, escuchó
especulaciones sobre retratos. Especulaciones que escandalizaron a
más de cien mil ciudadanos de Cumaná hasta llegar más allá de
Tres Picos, Carúpano, Santa Fe, Puerto La Cruz, Maracay, Valencia y
Caracas. ¿Cómo se corrió aquel rumor? Él no sabía cómo. Pero
tenía sus sospechas. Algo salía por radio, trizas, y otro poco más
por televisión pero llegaba un momento en que cambiaban de tema y
todo perdía significado. ¿Decían que retrataban cosas?-Preguntó-
¿Me pregunta a mí? ¿Quién retrata? ¿Está loco usted?
Sabían
disimularlo muy bien. Y así siguió insatisfecho sin lograr hacerlo.
Y lo peor es que se seguía hablando sobre retratos de la forma más
natural en Cumaná. Retrataban realidades desnudas pero para la
imaginación de todos los retratos que venían entre nubes. Nadie se
atrevió a juzgarlo frente a las cámaras de televisión pues
Humboldt era “amigo de todos”. Sus billetes mesiánicos hacían
justicia durante aquellos tiempos de ruina y hambre en la primogénita
del continente americano en sus 500 años de fundada. Una
manipulación. ¡No! Una conspiración ideológica-Les decía Manolo
Alibabia a varios policías-…. Pervierten nuestra tradición moral.
Tengo todavía dudas. Algunos cables sueltos. Pero si permiten
explicarles, si se esclarece si realidad u otro mito creado por el
verbo popular daremos con el trasfondo de un fraude millonario.
II
parte de las trizas de Humboldt:
Con
miradas llenas de apetito por negocios finalizaron el primer templo.
Pasos monótonos seguían al Capitán Antonio Madroñero, dirigía
los cuerpos apilados marchando en procesión ostentaban uniformes de
colores, opulentas chaquetas con bordados llamativos, fajas gruesas
de tela, pelucas blancas y ridículas zapatillas. “Una multitud de
gorgojos-Escribía a distancia- …devorando maizales iban agitados
por el viento, radiaban miedo, ondas expansivas que producían el
contagio de la peste. Hablaban a través de sus bocas una raza de
hienas que en tiempos inmemoriales desfiguraron abismos y montañas”
Y
la vaina esa del progreso como que nos empezó a gustar. Comenzamos a
construir el templo encumbrado en el lugar del milagroso aterrizaje
del burro.
Los alemanes sobrevolaban con frecuencia en helicópteros.
¡Fanáticos!-Decía
Marcos-… ¡Mas dinero!
Pero aquel cura como los alemanes estaban obsesionados con la misma
idea que giraba por sus cabezas, clonar mis recetas para hacer
chorizos. Otros decía que los gringos estaban más locos que los
nazis. Querían extraer A.D.N de la reliquia custodiada en el
interior del templo para hacer un clon, una plasta de mierda, ¡La
original! Momificada por años en el freezer. Todos la deseaban
porque el turismo crecía y nos hacíamos modernos rapidito y
progresábamos de verdad, no éramos gente bárbara, ni herejes, ni
con largas colas y ni las hacíamos para comprar alimentos como
solían verse en ilustraciones de antiguas imprentas. Las carajitas
de ahora, con sus cuerpos gentiles, bien proporcionados, y que no se
le veía cosa mal hecha, eran retratadas por la Fundación Dandi y
les pagábamos con sobres repletos de dólares.
Su
teoría conspiratoria no era muy convincente. Pero los 40 si estaban
dispuestos a arriesgarlo todo por un ascenso. Y algo más. Todo
marchaba natural. El veía sobre las líneas y las imágenes del
diario. Caminando de la mano. Ellas. Risueñas, uniformadas de liceo
venían con sus ideas dando vueltas en sus cabezas. ¿Cuáles ideas?
Todo era humo. En blanco. Nada giraba allá afuera a la vista y solo
las faldas diminutas ponían al descubierto sus piernas. Estaban
dentro de lo legal. Justo 20 cm. sobre las rodillas. Ni un pelo más
ni menos. Ni tampoco los tenían para hablar de bailes, billetes,
culebrones de televisión, polvos de cutis y otros temas que no se
escucharon bien no se si por que rieron después de guiñar el ojo o
si se les ocurrió beber más de la lata. El ojo. La señal esperada.
El dueño del Meridiano que leía o hacia que leía al volante
de un auto de la línea Los Cocos lo veía todo.
Y
arrancando, despacio, sin perderlo de vista ni delatar complicidad
con las ideas que giraban bajo el humo y las faldas color fresa
seguía sus pasos. Aquellas telas diminutas sugerían mucho pero no
lo suficiente como para adivinar sus artificios bajo un C.D de
Britney. Llevaban oculto un documento, una orden del sargento
Alibabia. Sus teorías conspiratorias buscaban base para saber dónde
ocultan el fraude. ¿Qué te dijo, dime, como lo hizo
Humboldt?-Preguntó Alibabia a una de las espías disfrazada de
estudiante de liceo- No sé cómo. Lo hace cada vez mejor. No me
explico de dónde sacaba tantas excusas de distracción. Me hablaba
solo de invitarme a a visitar las tiendas de la A.V. Bermúdez. Que
me quería regalar algo que me va a encantar. Pero entre el gentío
se perdió.
El
agente se obsesionaba cada vez más en controlarlo todo, cada
movimiento, cada palabra, acciones automáticas se activaban en los
espías con micrófonos ocultos, disimulaban gestos, nuevas claves,
muy pilas, más que constantes, fanáticos, pero no daban con el
origen del fraude, no había culpable, solo parecían ser rumores los
retratos. Los que rescataban los valores naturales, La Fundación
Dandi, rumores que conspiraban romper el orden y la paz nacional. Una
tradición de 500 años se veía cuestionada por una serie de
retratos, todavía no identificados, que exponían la moral de chicas
despojadas de sus uniformes de trabajo, dejaron de servir platillos
en restaurantes, curar en hospitales, servicio de aseo, escuelas,
ejército, marina, fuerzas aéreas y hasta en auto mercados. Pero
todo señalaba que perseguía un mito como sirenas y endriagos. Un
rumor como los burros voladores de las leyendas del campo.
Las
mismas palabras repetidas iban y venían, como olas. Pero ya no con
la misma gracia. Llenas de rabia, hambre, decepción y ansiedad.
Exigían que les tomasen nuevos retratos y lo buscaban a donde quiera
que fuera. Poeta, comerciante, autodidacta y líder de una banda de
falsificadores de billetes. No sabía cuánto había de cierto sobre
su vida. ¿Una maniobra de distracción? Una nube cubría las
pantallas con mutaciones de formas y colores para timar masas en
aquel evento literario donde asistieron grupos musicales modernos al
evento, les pagaron apenas para hidratación y viáticos. Botellas
chocan, borrachos se amenazaban con sus títulos, abrazos y
lloriqueos. Nadie se atrevía a comentar todavía sobre Las
Trizas de Humboldt hasta que alguien
dijo: ¡Es loco! Cuestionaban su argumento. Alibabia intentaba por
primera vez abordar el tema para encontrar más información, nuevas
claves, venían entre nubes de dióxido de carbono, nubes de cigarro
que chupan labios colorados de chicas que quieren matar el
aburrimiento, y el hambre, largas colas de chicas que gritaban
furiosas con voz de sirena sin dar explicación lógica de sus actos.
Todo seguía natural. Más que una religión literaria parecía el
origen de toda confusión con las nuevas claves de moda. Los
fogonazos en privado, claro. En la agencia. El agente tenía sus
sospechas y creía que si se mezclaba con ellos daría con la clave.
Trizas que hablaban de carretas de fuego, lienzos luminosos donde
aparecían mujeres que arruinaban con misteriosos encantos. ¿Legenda?
¿Realidad? ¿Plagio? Mensajes subliminales. Se convirtió más bien
en ícono de referencia mundial aquel libro, como las estrellas que
hacen girar un sistema planetario y arrasado por el tsunami
publicitario se lo arrancó
de las manos
a Proculus.
Es
una verdad universal el éxito de sus ventas-Les dijo a los agentes
encubiertos- recuerdo nítidamente aquel discurso de Humboldt frente
a la masa frenética, poco después del bautizo del libro y la rueda
de prensa: “Comprobé que ciertamente lo habían adivinado. No
estaba consciente de la polémica armada alrededor de mí libro. Pero
ustedes, que permanecían fuertes y no se dejaron influenciar por el
veneno de los blasfemos, después de largos años de espera en largas
colas, después de sus impacientes gritos, peregrinando hasta donde
iba y suplicaban que les narrara aunque sea una triza del adelanto.
No sabía que especulaban tanto en radio y televisión. No perdían
sus esperanzas en la realización de este cuento, y créanme, que
jamás me había olvidado de ustedes… Y a sus enemigos,
perdónenlos, ámenlos, como a sus hermanos, en vez de vengarse de
sus burlas, pídanles algo mejor, que compren mi libro “Rayos de
Electrones”, barato, y a precio de oferta.”
Descubría
más sobre lo que llamaba el Gran
Encubrimiento. Los códigos llevaban
tiempo para esclarecer el significado de los misterios. Del gran
fraude. Por la ascensión valdría la pena leer todo el libro
compuesto por trizas. Él era el mejor. El mejor mentiroso de la
historia-Les dijo Alibabia a sus colegas-… comprobé que habían
mensajes subliminales en sus trizas, traduje algo interesante, se
refería a la expresión “unas cuantas viejas” (Rollings) palabra
que también se traduce o es sinónimo de “acetato”, “L.P” o
“Disco”, “volante” o “panfleto”. Fueron “sonados”
en Europa a mediado de los 70`s por los D.J’s que viajaron en
acetatos con éxito, los discos iban de gira pasándolos primero a
“minidisc” (agujero de gusano) y luego convertidos a formato mp3.
Y listo, música portátil, la escuchaba sobre animales alados
llamados carretas de carrera
y a la cabeza iba el “Capitán” subiendo el terreno de Llanada
Vieja echando humo, sombrero de charro, con la velocidad de una idea
las carcachas ruidosas frenaron de un giro y echaron humo. Sus caras
tostadas bajo el sol ardiente eran vistas por los vecinos
descontentos con extranjeros tapando sus narices. Estacionados en la
Taberna de Galaxia tomaban ron y dicen que las piezas de los
cachivaches regadas por toda Cumaná fueron recolectadas para ser
subastarlas como reliquias a los turistas. Algo olía mal, muy mal..
En
el consultorio del psicólogo.
Ya
se lo dije señor Alibabia, que no son reales-Le dijo el doctor- ¿Qué
dijo?... ¿Qué no son de verdad? Cuando los rayos de electrones
salían de sus ojos tenías que hacerte a un lado. Entiendo,
los rayos-Le dice el doctor- Le medicaré pastillas
para que no imagine rayos. Ya no reparta más discos y volantes con
esas ideas a precios de remate. ¿Se niega a creerlo doctor?...
¿No?... pero recuerdo bien. Los vendí todos baratos en realidad. La
competencia hacia lo suyo, Lo sé. Disimulaban sus artificios con eso
de que “¡Nos invaden!”. Decían noche y día, el mismo cuento
ese, el planeta que gira con la misma historia repetida, su papel de
hule, asediando con mentiras descaradas el disco rayado entre nubes.
Como olas las cosas de antes… Entiendo señor pero… -¡No doctor
déjeme terminar!... no requerían aviones, ni rifles de asalto, ni
bombas atómicas, ni las novelas tan odiadas por Andrés Barazarte.
Que va… Desmienten mis teorías conspiratorias. Mi formula.
Colonizando pueblos con el fraude cumplían su agenda formal. ¿No
oyeron eso?… sus argumentos… Ya verán… los reporteros.
Imperios compiten por recursos naturales de “forma legal”,
acaparan monopolios de la carne. ¿A dónde se la llevaron?
Dígame usted. Se que saben... fue decretado como cultura… sus
rayos… En orden, ¿no? Van en filita prestando servicios demandados
por la población. Y de desaparecer por un solo día ¿sabe qué?
¡Un golpe de estado, una… -Alibabia hizo una pausa necesaria
frente al psicólogo y las enfermeras que sonreían con disimulo, se
asomaba a la ponchera a tomar un trago de brandy o de agua… De
todo eso sucede. De todo. A la vez que el sistema nos cantaría El
himno de los valores. ¡Patria!... La inducción era “sutil”…
¡Señor la medicina, ya le dije!-Interrumpe el doctor-… escuche…
señor… ¿me oye?.... nos convertían en máquinas modernas,
avanzadas inteligencias… ¡Traigan la camisa de fuerza! Si,
programadas… eso, en la estupidez, ¡Suéltenme!... !No
entienden!... pero se que saben, ustedes saben bien, experimentos de
condicionamiento… con la creencia de que seremos libres.
Aquel
discurso de ayer no fue delirio, créame doctor. No son inventos
míos. Era el mejor. El mejor cuento del mundo. Yo no invento nada.
Mi verdadero problema con los rayos sucedió después, cuando
lo de la profetiza de los zapatos Paseo en la noche de vigilia
de la iglesia. Venga hermano, la noche es joven-Me
dijo-… la pista es grande. Baila, baila, eso es, muy bueno
hermano… ¿Ahora qué le pasa? No se ponga tenso… las manos van
ahí, más abajo, ahí, y ya no mire a los lados que está en la casa
de Dios… Y ella. Allá. Lo veía todo… Lanzaba rayos de
electrones que atravesaron el techo de templo. Lo sabía… ¡Los
lunes siempre la misma mierda!-Dijo-… Siempre la misma
mierda. El codiguito ese con que habla con la putica en la iglesia.
Sus lenguas en claves. Hablando con la misma maldita puta!...
¿Locura?... ¿Quién sabe? Lo reconozco. No recuerdo de quien
primero fue la culpa. O si ella tenía la razón o si sospechaba
sobre una conspiración subliminal.
Después
de aquel trauma no salí mucho a la calle. Me encerraba mucho doctor…
Es que en casa escribía mis teorías conspiratorias. Se lo explicaba
a mis colegas, aquellos fraudes eran como doblajes de viejas baladas.
Amenizando el modelaje de chicas lo cubrían todo. Yo mismo lo vi. Lo
vi todo por la ranura de la vieja ventana. Sucedió como en una de
las trizas, debo cargar una… ¿Por aquí? Coño…. Será después.
Oiga. Espere. No llame a nadie. Que durante la última sesión
fotográfica la cantante de música tropical posaba para la primera
producción bajo la firma de Fundación Dandy. Un almanaque que
sacarían a la venta apoyando dizque el talento regional rescatado
del abandono. Es cierto. El talento tiene mucho deseo de ser
explotado, ahora que se avecinan tiempos de crisis conspiran contra
la voluntad del pueblo. El doctor lo observaba muy seriamente y
anotaba en la libreta, hacia cuanto podía por aguantar la risa pero
debía mostrar profesionalismo frente a las enfermeras. Justo como
querían. Je je. Yo lo único que creo, señor,
es que debe estás loco. Ya se lo dije. Le invité varias veces a
tomar la medicina, que se relaje, que salga, de unas vueltas al
parque o por hay, pero sigue empeñado. ¿Por qué esa cara de cañón?
¿Todavía sigue empeñado con esas ideas? ¿Giran en su cabeza como
pájaros negros esos rayos? leyendo libros raros, escribiendo teorías
sobre cosas que nadie ve ni entiende… Pero… Doctor, oiga.
Es que después de doblar sus baladas y de financiada la bonificación
correspondiente venia lo mejor. El modelaje. Lo vi, en serio. Como
sierras sus dientes blancos empezaron a brillar. Se bajaba las
diminutas pantaletas compradas todas en las tiendas de la Av.
Bermúdez por Fundación Dandy. Y curiosamente empezaba a notar
algo. Hacia mucho calor. Sin embargo de lo más natural sonreía. Sí.
Hablando de su Compact Disc, de la nitidez de la impresión su
afiche, giras y más giras… tras la cortina no podía ver más. Las
poses se hacían humo. ¡Say cheese!-Dijo Humboldt- Ella seguía
hablando de bailes, sus ideas comerciales… que tierna… si la
viera. Las cosas volvían a su estado natural, nada de carros, sin
chorros de agua que se desperdicien, recuperar la siembra, ¡Eso es!
¡Llegamos a donde quería explicarle! ¡La conspiración! Demasiada
ropa empezaba a incomodar la vista de Humboldt, aquellas fibras
sintéticas. ¡Ja! Lo sabía. Conspirando contra la industria ¿No?
Contra nuestra economía. Y al finalizar la sesión acercaba su
nariz. Así. Vea señora enfermera, así lo hacía. Y la besó. Así.
Si me permite… ¿Me deja? Ok, entiendo. Todo parecía muy
profesional. Y fue cuando pensó en más: Recuperar aquellos valores
perdidos también en Venezuela ¡Y luego el m… ¡Espera!… Se me
ocurre algo-Dijo- eso, poner la queja en Hidrocaribe y a las
instituciones. Aunque me tilden de conspirador, que importa. Eso es
publicidad ¡Que gran idea! con mis papeles podría ocasionar hasta
un estallido social.
Es
que algo olía mal doctor. Con lo de los
rayos no intento comunicar algún
mensaje mesiánico, ni vivir de ello, ni menos ganarse la blandura de
corazón de nadie. Eso les decía a todos. Pero no fue tonto.
Salió del hospital a venderlo todo. Escapó con sed de oro. Traía
su paquete de volantes full y para disimular durante el baile en la
carpeta tenía la fotografía de una orquídea pegada en los soportes
para darle conciencia ambiental a su propuesta. Protestando
enérgicamente delante de todos sobre La Conjura de los
Fraudulentos juró llevarlos a instancias internacionales,
organizó folios en perfecta gramática castellana, enviaría trizas
a la O.N.U. mostrando pruebas irrefutables
¿Ya
me entiende doctor? Que no es invento mío. Es real. Vea. Con
aquellas pruebas fue suficiente. Levantando mi bandera de Venezuela
marché como soldadito de plomo. Marché con mi protesta sobre las
hojas secas, por las plazas, por los bares y puntos de farmacia.
Puntos se queman.-Pensó- Pero nada…. No pudo haber salido
de la ventana de un carro ni del que va vestido de astronauta sobre
ruedas. Sorprendido aquí. Ahora. Todavía de que no me escoltase a
mí alrededor funcionarios del ejército. Así nadie me lo refutaría.
De hecho, de este loco dirán que estaría pidiendo una reserva de
ángeles pero… ¡Qué importa!… ¡Se acaba el mundo!... ¡Creen
que no voy a vender mi propia secta! Tengo toda la razón pura, como
Kant. ¿Y mi historia?... ¿A quien se la vendo?... Einstein hubiera
hecho lo mismo en mi lugar esperado el pago debido. No son molinos,
es ciencia. Los retratos eran buen recibidos por la Fundación
Dandi y los que decían que no es verdad mi teoría-Y que
conspirativa- Then tell me: Why the same people of Agua Fría have
today telescope and laboratories? Todos en el templo dejaron de
reírse en broma y empezaban hacerlo en serio. Ya no de rodillas,
durante horas días y semanas estaban. Y entonces venia lo bueno…
afilaron los puñales, juntaron leños, quemaron una hoguera que
llegara al cielo ¡Mas humo!-Dijo uno- ¡Herejía!...!Que
no escape! Dejé atrás Cumaná a Milán, a Sabilar y más allá
de la Gran Sabana. Volé mas allá, a Los Tucanes, una colonia
extranjera llamada justo como la que uso ahora.
Tengo
que detenerlo doctor. Debo, usted sabe, de paralizar la industria nos
llevaría a la ruina. Me seducía
la idea, que parecía ya ensayada, su manejo de frases repetidas de
memoria, como Bendecir al ocumo, me parecían sumamente extraño,
ridículo. Y hasta pegajoso. Más adelante, al entrar en La Tienda de
Hash Keshava oía los discursos de La Fundación Dandi sobre “el
cuidado de la tierra”, “los beneficios del cultivo natural del
ocumo” y “la hidroponía del chaco”. Eran contundentes, estaban
claros en conquistar con el negocio naturista, listos en sus empaques
abastecerán a todos los abastos, automercados, tiendas y centros
comerciales, toda la red de la ciudad. Sabía
que conspiraban con algo muy grande. Sus retratos. Sus negocios
naturistas. Sin embargo me gustaba hablar con Hash
Keshava acerca de las pastillas adelgazantes Escases, hechas a base
de ocumo. En su reunión no pude evitar reírme de sus absurdas
ideas, parecían poesías. Conspiraban contra nuestra economía.
Nuestros ingenieros agrónomos, científicos y genéticos trabajaban
en el “Super ocumo”-Me decía- …uno cuyo volumen es
menor, facilitando su transporte al trabajo o a la intimidad del
hogar.
En
el evento literario seguía firme su propuesta. Esclarecer la verdad
sobre las trizas, encubierto de civil y el que sujetaba el trago
sonriendo con cara de sandia se aproximó y dijo:
–¡A
la salud! La vida es hoy. Un solo por hoy, hágase un regalo,
cómpreme el otro. Ya no esté pendiente de esos rayos que no existen
¡La gente es ignorante!… viven solo del chisme, ¿Miras aquel
barrigón de cabeza pelada?, ¿sabes de que habla? No habla bien de
usted. Pero en el fondo le admira. Pero frente a tanta rata hay que
saber guardar las apariencias. ¿Ve aquel de allá? Ese pelón,
piensa que llama la atención como aquellas largas colas para comprar
un ejemplar de Rayos de Electrones… Esperas largas por
artistas que se presentan y se van… ¿A dónde?... Yo que sé.
Solo se que madruga expuestos a un atraco o a que te lleve la guardia
sin llegar a verlos y se regresa a casa con las caras tostadas del
sol y muerto por tomar un buen vaso de agua helada…
El
pelón que escuchaba la conversación con disimulo se asoma y
murmura:
–
¿Es
cierto que habían comprado divisas en la bolsa de valores?
–Sí…
La cosa esa… y tienen hectáreas de terrenos sembrados en la luna.
–Sí.
Está bien, ponte a creer, a la luna no ha llegado nadie. ¿Te
fijaste? cuando cayó el foco en la grabación aquella de Trauman
Show?
–¿Y
por qué no siembran en el Desierto del Sahara?-Pregunta Manolo- O en
Polo Sur? Sería más cercano y barato que en el cielo.
–No
te preocupes por ello. Aspiran más que los del Wall Street. Ellos
fabrican papel moneda a base de ocumo. Todo natural… no pasa nada….
El truco esta en los billetes, recuerda, como los números en los
bancos. Nadie notaria la diferencia. Pero para saber más hay que
llegar a niveles más altos en la Fundación.
–¿Los
Dandis? ¿Los Sun Farmers? ¿Hash?-Pregunta Alibabia intrigado-
–Tal
vez… Hay una conexión. Dicen que piensan traficar con luz solar.
–El
Sahara está lleno-Dice el pelón con el trago de licor de ocumo en
mano- cada milímetro, millones de paneles solares, recuerda: hace
años dejaron de experimentar con energía nuclear. Todo ahora
amenaza con eso de ser “más sano y natural”. Gracias a la
nueva transaccional del Combustibles Ocumo Tesla. Y sobre los
carros que van a la luna… no sé si corren a gasolina o sal marina.
–No
hará falta más el petróleo. No será más legal. Natural. El ocumo
natural es mejor. Los grandes empresarios de la economía mundial lo
saben, pero lo ocultan. La verdad para seguir explotándonos: ¡La
base del saqueo y dominio del Capitalismo!
–¡La
esclavitud, el dolor, el miedo, la destrucción!... ¡Eso es lo que
quieren!-Defendió el pelón-
Todo
empezaba a calzar. Tenían sus coincidencias. Lo vio todo. O una
parte. Interpretaciones de códigos secretos de su libro e
información extraída como espía encubierto en los eventos
literarios eran una base. Tenia evidencia a mano pero no hallaba al
culpable. Alibabia soñaba con una ascensión a Capitán y haría lo
que sea para alcanzar el milagro. Ya tenía una colección de
pruebas. Valiéndose de un fuerte interrogatorio a un sujeto a quien
amenazó con romperle los retratos (que según dijo obtuvo de ellos
en complicidad) logró sacar la información de la ubicación de su
guarida. Junto a una comisión de espías y polizontes, ya no eran
los 40 fieles de antes, sino un puñado de policías oportunistas,
eran los suficientes para que se diese el milagro. Derrumbaron la
puerta de madera y entraron armados hasta los dientes en su búsqueda.
El pasillo oscuro, pinturas viejas colgadas, libros viejos, un
teclado sobre una mesa, más allá, detrás de la cortina. Ahí
estaba el. Con las manos en la masa el presunto líder de la banda de
falsificadores de billetes, Cruz Humboldt infraganti, en su casa en
calle Arismendi con las manos en las páginas de un viejo periódico
cuyas letras se veían ilegibles. ¿Por qué mejor no tocaron la
puerta? Es libertad. No ven. Se los aseguro, no es un delito pensar
en ella. Les digo la verdad. Alibabia veía sin entender las letras
del viejo diario. Murió hace mucho, se llamó Libertad Lamarque. Muy
guapas. Toda una obra de arte-Decían los policías examinando los
retratos colgados en la pared-Con detalle recogían evidencias
fotográficas, dibujos de personajes verdes alados con quien
Humboldt, como así les dijo, le preparaban una misión mientras
escribía su Primer Tratado sobre Agricultura. Me observaban de hace
mucho, están preocupados por el mundo, necesitamos urgente sembrar
al mundo entero-Soplando el polvo de los libros les decía- Les
mostraba mientras tomaban un café guarapiao’ más retratos,
cuentos, documentos sobre planes de La
Fundación Dandi. Una extraña secta que visten con pantalones de
gabardina. Yo se los dije-Dijo Manolo por el Walki-talki-…calzan
graciosas zapatillas de cuero al estilo de los años 60´s, camisas a
cuadros. Y Regresaré el Día Señalado-Seguía leyendo el
documento-… para Sembrar en la tierra como hice en el Cielo.
Arrojare a los corruptos de la industria contamínate fuera de los
planetas y constelaciones en donde planeaban manipular a las masas.
Incautaron
un arpa, una guitarra acústica, condones, cámaras, una guitarra
española, una pajuela, un libro cuyo autor es Ramón de la Torre,
una maquina impresora de revistas, una maquina impresora de billetes,
un plotter para imprimir en papel bond, unas grabaciones en casetes y
una bolsa embalada que tenía en su interior un micrófono, su forro
y su paral” ¡Billetes!... ¡Yo se los dije! ¡Se los dije! ¡Son
Falsos! ¡Caen por todos lados!... !Y recójanlos
todos!-Dijo Marín-
Con
la maniobra de distracción Humboldt logra escapar por un túnel
secreto. Caían como serpentinas en carnaval. Billetes y retratos de
profesoras de escuela, monjas, chicas policías, enfermeras,
empleadas de oficina. Toda una revelación. Quien imaginaria a lo que
llegaría la sociedad a escondidas para sobrevivir. Sus ojos
brillaban, un leve hilo de baba corría por sus labios, muy
profesional, con aquellas pruebas el ascenso estaba cerca. ¡Capitán
al fin!-Dijo Manolo- ¡Yo se los dije!... Apúrense y vengan a
recoger más evidencias.
A
toda velocidad iba a bordo de su moto rumbo hasta Cariaco. Con su
intercomunicador llamaba a los miembros de la Fundación Dandi para
preparar el escape. Humberto, Edgard, el de las congas, Henry
Bermúdez y Parrita en sincronía se movían rápidamente, rescatando
lo que podían de los retratos que publicarían El Día de la
Llegada. Después de recogidos los billetes iniciaron la persecución.
Es natural-Dijo Marín- son billetes de ocumo concentrado. Eran
tantos los billetes que tuvieron que traer bolsas para recoger
basura, de las negras, para que no se vea la evidencia tras los
vidrios ahumados de la patrulla.
Pero
al final llegaron tarde. ¡Ahí esta!-Les dijo Guzmán- Desde la
costa del Golfo de Cariaco entraba en una extraña maquina submarina.
“Fundación Dandi” tenía
estampado.
Nubladas por la confusión de la turba hacían sus mejores poses por
nuevos fogonazos y billetes. Billetes que jamás sospecharon que
podrían ser falsos. Sobres llenos de esperanzas. Parecían poesías.
Salir de la ruina que azotaba al país. Sueños de libertad. Valores
que se perdían bajo el monopolio de la industria y la mafia
monetaria. Valores desperdiciados bajo telas sintéticas que no
dejaban ver la realidad. Valores, tesoros ocultos, retratados con
cámaras alemanas de las viejas por La Fundación Dandy. Frente a la
masa frenética Humboldt antes de partir a su último viaje les
decía: Lo comprobé, lo había
adivinado, pero no estaba tan consiente de la polémica armada
alrededor de mi libro, ustedes, permaneciendo fuertes a las pruebas
supieron rechazar campañas de chantaje en contra de La Fundación
Dandi, ¡Claro que sembraremos en el Cielo! ¡Se lo merecen! Después
de años de espera en largas colas aquí lo tienen, el libro, pero no
será publicado todavía sino hasta mi regreso, esperen, no escuchen
más el veneno de los blasfemos, mejor, ámenlos, o en vez de eso
pregonen que hacemos retratos a chicas a cambio de una bonificación
en dólares, sus impacientes gritos, créanme, los había estado
escuchado, suplicando que les narre aunque sea una triza de adelanto
del Mejor Cuento del Mundo, pronto verán mi magistral obra,
paciencia. ¡Voy a sembrar toda la tierra! sé que amanecían
expuestos a criminales y vampiros nocturnos en las calles a la espera
de mi encuentro! ¡Volveré con mi libro a la venta, y barato!
Aquello
parecía un milagro. Conmovedor. La tribuna de seguidoras
despojándose de sus ropas lloraban y otras gritaban eufóricas, fans
que competían a empujones e insultos por mostrar poses, largas colas
por mostrar sus tesoros, caen los sostenes, revelando las morocotas
al aire, aquellos valores naturales perdidos y censurados por la
industria.: ¡Hermanas!-Decía Humboldt-… por favor, ¡dejen la
rivalidad!, ¡dejen el materialismo!-Y pensándolo bien (Pensó)…
con tanto talento junto, hasta me gustaría hacer una Edición
Especial Playera. ¡Mienten! ¡Son falsos! -Dijo el agente Guzmán-...
¡Capturen al falsificador de billetes!
Humboldt
no esperó ver que pasaría con aquella revelación. Se adelantó y
mandó a ejecutar el Plan Pesca de
arrastre. Henry Bermúdez
rápidamente encendiendo los motores del Morrocoy de Tres Picos.
Empezaron a moverse hacia lo profundo del mar. ¡Pooooo!... Perucho
y Parrita desde sus respectivos puestos de asedio con cañones de
alto calibre disparaban contra La policía. Los exhaustos uniformados
después de recolectar kilos de billetes como evidencia se hacían
paso dificultosamente entre la tribuna histérica expuesta en cueros.
–Preparen.
Apunten. ¡Fuego!... !Pooooo!
–¡Son
catalanas!... ¡Y huelen… !Pooooo!.... frescas!-Dijo el sargento
Marín al ser golpeado-
–¡Catácos
de alta calidad!-Exclama Capitán Parker.
–!Pooooo!...
!Pooooo!... !Pooooo!...!Paaaaaan!
En
aquella confusión bolsas volaban en los aires. Bolsas repletas,
contenían el mejor pescado fresco. Y las prendas de vestir, las
telas sintéticas y de algodón, bollaban sobre el mar arrastradas
hacia la arena de la costa por las olas junto al resto de los
uniformes de las chicas policías. ¡Qué importa si son falsos!-Dijo
una- Aspiraban esa tarde hacerse ricas, corrían apresuradas,
competían, insinuaban sus mejores poses al rescate de los valores
perdidos. Tenían que ser rescatados ahora en tiempos de crisis.
!Pooooo!-Sonó el otro-… Valores que distraían la mirada de La
Policía que muy ocupados recolectaban evidencia en billetes y
pescado de la mejor calidad. ¡Volveré!-Dijo Humboldt- …y
recuerden… Sembraremos en la tierra como lo hicimos en el Cielo. La
Fundación Dandi fácilmente escapaba entre la confusión de
cañonazos, billetes, insultos y poses. Cerraron la escotilla y se
sumergieron al fondo del mar.
III
parte de las trizas de Humboldt:
…progresábamos,
sembrábamos castilla allá arriba, en el cerro de Cascajal. Nos
enseñaron a leer El Mantra los domingos en El Tacal. Los niños
escapaban del templo a jugar trompo en el camino de tierra, lejos de
sus padres, seguían en el templo con golpes de palma, arrepentidos,
aburridos, entregaban entusiasmados todo lo que les quedaba como una
apuesta en la caja de ofrendas esperando el milagro. ¡Rayos y
truenos!... ¡Un big bang de escopeta!... -Dijo Marcos Lucio- …así
comenzó todo. Así anunciaba la hora de entregar ofrendas. Así de
fácil. Poco después venia lo del farol del burro: …Ocurrió
tempranito, a las 6 y pico de la tarde, iluminaba parte del Guamo y
el caserío de Loma del Viento. El burro (Como llamaron los vecinos
de La Margarita a la aparición) flotaba con un tipo abordo que
cargando una escopeta y tenía brillantes ojos rojos. Y lo mejor de
todo. Puso una plasta delante de 100 mil ciudadanos en el justo
momento en que pasaba el bus Morrocoy de Tres Picos. ¿Casualidad?
No. ¡Milagro! Y dicen que nacieron luego flores y hongos medicinales
que comían acompañados de mermelada y el primero ocumo. ¿Y el
animal, rebuznaba fuerte?-Preguntó uno- El polvo se removía
arremolinándose alrededor de sus patas, botaba humo fétido. También
dejó lo suyo. Y rebuznaba con un sonido a latas golpeadas.
Más
allá de los rayos, doctor. Aunque no pude dar con el culpable. En
las letras ilegibles descubrí algo, reflejos, destellos del mundo,
retratos, ironías como en “Los polémicos Quijotes” hoy
disponibles en internet. Como dije antes, no es invento. Es una
verdad universal el éxito de sus ventas. La estrategia de marketing
ayudada de rumores, bailes, conjeturas y trizas de papeles fue
perfecta. Investigué más sobre su libro y descubrí mas sobre el
fraude, viajé hasta los pueblos originarios, países lejanos, tuve
que vender todos los libros de mi biblioteca para costear boletos de
ida y vuelta. ¡Mi primera impresión fue que las trizas fueron
plagiadas de escrituras antiguas de la época en que no existían
aviones-Extraño- pero en la ciudad Marcos Fuentes (En donde se halló
el rollo cerca de los cadáveres de los fanáticos que saltaron en
busca de la libertad el 9 de Julio
del año 1997. Hecho sucedido por una misteriosa casualidad un año
antes de la muerte de papá) halle un rollo. O mejor dicho el
embrollo, donde señala que los barbaros se adelantaron con la
primera pista de aterrizaje… (?) En las mismas ruinas de la ciudad
extinta hallé rollos que constataban que conocían de astronomía.
Luego supe que no se hallaron vestigios de observatorios, ni de
telescopios, ignoraban que era un teléfono móvil, pero poseían
guías telefónicas usadas para el móvil de asesinatos como vi en
una película de Charles Chaplin. No vi un revolver, ni la novela del
detective Flower, ni cuentos de Job Pin, pero si tenían un plano
del sistema solar tallado en piedras. Las conexiones no eran lógicas,
los cables seguían sueltos… Exponerlo sería una pérdida de
tiempo, seria anticientífico, ESTE MALDITO ROMPECABEZAS FUÉ HECHO
PARA CONFUNDIRNOS. No viajaron hasta América pero tenían la
cartografía del planeta entero… no tenían satélites. No
fabricaron cohetes. Sin embargo representaban en sus esculturas
pequeños astronautas sobre carretas que vuelan Y simbolizaban al
bachaco en su logo vendiendo ocumos a precios exorbitantes. !Justo
como lo hacen ahora!
Seguro…
¡Y todo eso es muy importante!-Dijo el doctor giñando el ojo con
disimulo a las enfermeras- Pero oiga. Todavía hay más… Me di
cuenta en los retratos imágenes talladas en las piedras, pipas,
tiraban flechas, tiraban duro, hacían el amor y la guerra, escusas y
mentiras eran lo mismo y comprendí entonces que sabían de política.
¡Practicaban matemática! Por ejemplo, la suma y la resta se
aplicaba en negocios la multiplicación en privado en las
habitaciones y la división fue organizada por reyes para reinar.”
Tenía
evidencia a mano pero no al culpable. Se lo tragó el mar. Humo. Muy
hasta el fondo. Hasta donde no llegarían las sirenas de la policía.
Sin el ruido ni la contaminación de la industria ¿Cómo
probar el fraude? ¿A quién culparé entonces? ¿Un invento?
¿Por qué me miran así? ¿La
camisa, entonces? Se lo dije señor
Manolo, la medicina, la medicina. Pero ya era muy tarde para sembrar
en el cielo. La cosa es. Ja… que el fuego y las ruedas están
hechos y en la superficie nadie está para creer en más inventos.
Todo está hecho. Ve aquí en el encabezado de La
Región. Lea. ¿Qué dice? “Comisión
de Pervertidos Policías arremetieron contra bañistas de Cariaco.”
Lea aquí más abajo. ¿Qué dice? Lo acusan de loco y fraudulento. Y
acá. Que las chicas en las costas de Cariaco solo se bañaban
desnudas porque era más natural y saludable. Y más nada. ¿Ilegal?
Y hay más. ¿Vio la televisión? Ante la mirada de más de 100.000
ciudadanos tildado de loco y escandalizador del orden público.
Agradezca que esta aquí y no en la cárcel.
Lo
inútil como se vende, como aquel libro de “los rayos”. Un fraude
que jamás llegaría a gobernar desde allá arriba, en la oficina de
Capitán de la Policía. Lo llevarían arriba, sí. Muy arriba. Al
piso 10 del hospital en compañía de los dementes con una camisa de
fuerza y sedantes escarbando en algún lugar para sembrar, donde se
topó con algo, viejos pergaminos, retratos y trizas de una legenda o
mito visionario llamado El Regreso:
Repentinas
desapariciones de botes, transportados de un lugar a otro por El
fantasma del Tirano Aguirre. Pescadores
que se hallaban estupefactos. En cuestión de segundos al encontrase
en las playas de Cumaná entre sirenas, un percusionista, un
saxofonista, un señor delgado de melena tocando guitarra clásica y
el vocalista (El mismo creador del mito) No salieron de la sorpresa
los navegantes cuando sobre la arena vieron caminar robots llevando
limonada sobre bandejas a los turistas que dormían en hamacas. Todo
natural, la brisa hacia tocar el arpa de las palmeras. No se veía un
solo carro exhalar humo, nadie derramaba agua, ni una piedra se veía
volar, las leyes se cumplían y no era El Paraíso. Y hasta podrías
hablar con Dios a través de un hilo. Los navegantes desde hace pocos
minutos pescaban en las aguas del Golfo de Cariaco.
Manolo
desenterró el resto e insistió enérgicamente a todo el personal de
hospital con regalarles las morocotas y las piedras preciosas
halladas en los contenedores del barco colonial. Estorbaban su
proyecto de agricultura doméstica. Sin resistir a sus ideas el
doctor y las enfermeras recibieron parte de la inútil basura. Los
retratos fueron sus tesoros. Los ocultó en un lugar secreto. Tras
una réplica de una pintura de Reverón-Especulan algunos- Así, con
tiempo y paciencia, analizaría detalle a detalle las evidencias.