miércoles, 8 de enero de 2025

narrativa

Entiendo, esa arraigada tradición y sus imprudentes fragmentos, lo que muchos ignoran es que siempre hay una oportunidad oculta para el bien en cada desafío adverso. Si decido actuar, es porque así lo desea Fisher. Observando a través de la ventana, se podía ver cómo conspiraban contra la Corona, cuestionando la autoridad divina con blasfemias. -Pero mi señor, ellos se mueren de hambre… -Si me cuestionan a mí, están cuestionando a Fisher ¿alguna objeción? Los puñales relucían con un brillo inusitado, más intenso que nunca durante los motines, luego de que los fanáticos escudriñaran los fragmentos de papel. Sin embargo, la sed de libertad de los rebeldes era aún más ardiente; sus aliados emergían como si brotaran de entre las piedras, en tal cantidad que aquellos que leían los fragmentos se encontraban completamente acorralados, enfrentando la muerte, implorando misericordia y entonando epopeyas, en espera de un rescate que nunca llegó. A pesar de las diversas representaciones hechas por ciertas sectas sobre un heroico salvador, no apareció ni una sola de esas figuras idealizadas para socorrer a los necesitados. ¡Qué ilusión más vana la de la libertad! Todo se revela como una falacia -exclamó desde su desgastada silla de madera el anciano Brandy-, mientras yo descubría en mi libro antiguas leyendas que representaban imágenes similares a las de aquellos fragmentos. Luego de ofrecerme un trozo de pan, me planteó la posibilidad de formar una alianza comercial. En ese instante, percibí una presencia extraña, dándome cuenta sutilmente de que éramos observados a través de una hendija en la ventana por los niños del vecindario. El proyecto de fumigación tendría que esperar... Se escuchaban las risas de los niños a través de la ventana después de presenciar cómo insultaba y lanzaba objetos a los despreciables animales que profanaban los cuadros colgados en la sala. Éramos conscientes de ello, pero optamos por ignorarlos. El problema de las plagas se agravaba entre los habitantes de la provincia, afectando especialmente su cabaña. Ratas y demás alimañas proliferaban, emergiendo desde debajo de las piedras ¿Sería acaso la lluvia la causante de esta plaga? El viejo Brandy, entre carcajadas, seguía leyendo mi historia sobre la mesa de madera: “¡Una fábula! ¡Eso ha sido desde el principio! Nada ha cambiado… Años de conflictos civiles, impulsados por la ambición y el deseo de venganza. Pero, ¿y qué? Nosotros tampoco poseemos todas las respuestas. Nos narraban sobre piedras que no eran realmente piedras, luchas a caballo contra gigantescos molinos… ¡Lo que fuese!... Yo buscaré mi propio camino, en mi anhelo por una libertad que parece inalcanzable…” -¡Tu relato va a causar un verdadero terremoto en el mundo, una gran conmoción! -proclamó eufórico mientras alzaba las manos al cielo. Yo sentí un repentino temor, temiendo que aquel visionario pudiese morir de un ataque de asma por sus incontenibles carcajadas.

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